El objetivo de este programa está dirigido a implementar un sistema de manejo y desbrave por el cual el caballo alcance la madurez necesaria para afrontar los futuros retos de trabajo con normalidad y comprensión absoluta.
Este trabajo junto a otros ejercicios relacionados con tareas comunes en el día a día del animal, subida a remolque, salvar obstáculos, etc., forman parte del trabajo que el profesional de la doma debe realizar para conseguir avanzar a la siguiente etapa o nivel de trabajo.
Para lograr este objetivo se ha programado un plan de trabajo de tres meses, en los cuales, se ha trabajado con una selección de potros de ganaderos que, una vez aceptadas las necesidades de manutención en las instalaciones, conforman parte del equipo de trabajo encargado de testar el modelo que se intenta poner en valor.
Durante los primeros días, el equipo de trabajo diseñó un espacio para la creación de padocks donde alojar durante el día a los potros y así ir comprobando su comportamiento en estado natural en el exterior.
La técnica de desbrave implica, en primer lugar, la comprensión de los caballos; y en segundo, la importancia de ganarnos su confianza.
El primer paso ha sido eliminar la posible hipersensibilidad que el animal sienta. Este proceso ayuda a que ganar la confianza del caballo, en una situación que está viviendo como nueva y extraña (con los consiguientes temores y actitud que ello puede suponer).
Cuando el paso anterior ha funcionado de manera coordinada y el caballo se mostraba tranquilo, el animal pasó a ser montado sin montura, generalmente en el corral redondo o roundpen. Este espacio limita sus posibles huidas y facilita el trabajo.
Finalmente, cada potro ha sido montado ensillado, de forma que poco a poco, se ha ido acostumbrando a la presencia del ser humano y reforzando esos vínculos de los que hablábamos desde el comienzo de su desarrollo.